Dentro del teatro latino, las obras de Plauto gozaron de una gran popularidad en la República y el Imperio, aunque en la Edad Media fueron rechazadas, al ser tachadas de inmorales. Durante el Renacimiento, con su redescubrimiento, fueron la base para la creación de obras teatrales euopeas en los siglos XVI y XVII, siendo las más destacadas las de Shakespeare y Molíère. En el teatro español se encuentran claras reminiscencias a Plauto en La Celestina y en las obras de Lope de Vega, especialmente en la figura del gracioso.
En la actualidad, las obras de Plauto siguen teniendo plena vigencia, gracias a las representaciones en los Festivales de Teatro Gregolatino, como el de Segóbriga (Cuenca) o Sagunto (Valencia).
El otro autor latino de comedias es Terencio, aunque sin la repercusión que tuvo Plauto, también influyó en el teatro de la Edad Media ya que sus características encajaban mejor con los gustos de la época, como son el uso de un latín puro y la falta de espontaneidad y vis cómica de los personajes, más estereotipados y formales, ya que su teatro se caracteriza por ser comedido y por tener buen gusto.